LAS RAZAS

Como los registros de cada suceso, forma y espacio del universo, el Akasha conecta con infinidad de mundos fantásticos y desconocidos. Cuando, tras el incendio del Complejo Bildung y la destrucción de la ciudad original, Holberins proyectó sus cimientos en el espacio cuántico del Akasha, Veel-Tark comenzó a regenerarse espontáneamente, gracias al movimiento constante del artilugio de Athanasius y del desarrollo de los Khepris, y entró en contacto con muchos de estos mundos, habitados por razas de diferente carácter. Algunas de estas razas empezaron a habitar la ciudad de Veel-Tark.

Así pues, cuando los cinco Oráculos hicieron emerger la ciudad de las sombras en el ritual llevado a cabo en la necrópolis de Tuna El-Yebel, encontraron que estas razas se habían desarrollado profusamente en el lugar, pues, aunque para el mundo físico solo habían pasado cien años, en el Akasha ese tiempo abarcó Edades insondables de tiempo. No obstante, Veel-Tark aún necesitaba una cantidad mucho mayor de ciudadanos para evolucionar en el metaverso, cuyos planos de existencia son ondulaciones de una gigantesca brana que choca contra las branas de otros espacios cuánticos, registrados por el Akasha. Los oráculos hicieron un llamamiento a estos otros mundos para repoblar la ciudad.

Cinco son las razas que, actualmente, forman la población de Veel-Tark.

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